lunes, 3 de mayo de 2010

...y de repente mayo...


...el día que las agujas del reloj te obliguen a correr en una persecución extenuante, en una carrera loca que te hace sentir el tic tac cada vez más cerca, cuando el pasado sea como una gran tormenta de nubes negras que escupe sobre ti la lluvia de tu desdicha, cuando el presente sea un infierno de llamas que te impiden ver el futuro, y el futuro un sueño que te prohibieron los que creíste que te amaban...
...entonces acércate al mundo de los gazapines traviesos que se burlan de los conejos angustiados, paseo conmigo por el arco iris de los espantapájaros alegres que dan de comer a los pájaros, de hombres oxidados de latón que no sienten pudor al mostrar las huellas que el tiempo ha dejado en ellos, y juguemos a construir castillos sobre el contenido vertido de los relojes de arena que rompimos con la fuerza de nuestras risas...

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