lunes, 17 de agosto de 2009

...el dios de las pequeñas cosas...

¿Quién era?
¿Quién podía ser?
El Dios de la Pérdida.
El Dios de las Pequeñas Cosas.
El Dios de la Piel Erizada y de las Sonrisas Prontas.
No podía hacer dos cosas a la vez.
Si la acariciaba, no podía hablarle; si la amaba, no podía dejarla; si hablaba, no podía escuchar; si luchaba, no podía ganar.
... lo deseaba con vehemencia. Su cuerpo lo añoraba con tal intensidad que casi le dolía...

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